La situación del/de la estudiante indígena
Abstract
La escuela es uno de los espacios donde la gran mayoría de las personas que tiene la posibilidad de asistir pasa mucho tiempo. En la escuela se aprende y se desaprende, se incluye y se excluye, se respeta o se discrimina, es un espacio, pues, lleno de contradicciones. La escuela, por esencia natural, debe ser un espacio en donde el/la estudiante debe ser apoyado/a para desarrollar habilidades que lo/la ayuden a convivir de forma harmónica con otras personas, a aprender a conocerlas y compartir momentos de diversión, de trabajo, de alegría, de preocupación, de ansiedad, etc. Asimismo, la escuela debe ser el espacio donde se abrazan las similitudes y diferencias de los/las estudiantes, se valora el esfuerzo propio y de los/las compañeras y se construyen y aceptan normas humanizadoras. De la misma forma, la escuela debe ser el lugar donde el aprendizaje, por ejemplo, los valores morales que los padres transmiten a sus hijos/as, sean fortalecidos. En este sentido, la Fundación Talitamadrid (2017) explica la importancia de promover el respeto a toda persona ya que desde que nacemos hasta que morimos es la base de toda civilización humana. Vale la pena recalcar que el concepto que tengamos de ser humano y de persona es el que dirigirá nuestro enfoque sobre educación y vida. Como bien lo menciona la Fundación Talitamadrid (2017), es posible afirmar que: Cualquier persona es un ser constituido con destino trascendente que se mueve siempre entre la indigencia al nacer y la apertura al mundo. Porque siempre necesita a los demás y debe estar abierto a los demás. Desde nuestro nacimiento hasta la muerte necesitamos la colaboración de los demás, no viviríamos si no tuviéramos ayuda (parra. 1). No obstante, a todo lo anteriormente mencionado, históricamente la escuela y el sistema educativo, muchas veces han sido utilizados para deshumanizar, es decir, para excluir, segregar, discriminar y lastimar a estudiantes de grupos minoritarios. Ejemplo de ello son los/las estudiantes indígenas en diferentes partes del mundo, por ejemplo, a los/las de países latinoamericanos y naciones tales como Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Full Text: PDF DOI: 10.15640/imjcr.v10n1a1
Abstract
La escuela es uno de los espacios donde la gran mayoría de las personas que tiene la posibilidad de asistir pasa mucho tiempo. En la escuela se aprende y se desaprende, se incluye y se excluye, se respeta o se discrimina, es un espacio, pues, lleno de contradicciones. La escuela, por esencia natural, debe ser un espacio en donde el/la estudiante debe ser apoyado/a para desarrollar habilidades que lo/la ayuden a convivir de forma harmónica con otras personas, a aprender a conocerlas y compartir momentos de diversión, de trabajo, de alegría, de preocupación, de ansiedad, etc. Asimismo, la escuela debe ser el espacio donde se abrazan las similitudes y diferencias de los/las estudiantes, se valora el esfuerzo propio y de los/las compañeras y se construyen y aceptan normas humanizadoras. De la misma forma, la escuela debe ser el lugar donde el aprendizaje, por ejemplo, los valores morales que los padres transmiten a sus hijos/as, sean fortalecidos. En este sentido, la Fundación Talitamadrid (2017) explica la importancia de promover el respeto a toda persona ya que desde que nacemos hasta que morimos es la base de toda civilización humana. Vale la pena recalcar que el concepto que tengamos de ser humano y de persona es el que dirigirá nuestro enfoque sobre educación y vida. Como bien lo menciona la Fundación Talitamadrid (2017), es posible afirmar que: Cualquier persona es un ser constituido con destino trascendente que se mueve siempre entre la indigencia al nacer y la apertura al mundo. Porque siempre necesita a los demás y debe estar abierto a los demás. Desde nuestro nacimiento hasta la muerte necesitamos la colaboración de los demás, no viviríamos si no tuviéramos ayuda (parra. 1). No obstante, a todo lo anteriormente mencionado, históricamente la escuela y el sistema educativo, muchas veces han sido utilizados para deshumanizar, es decir, para excluir, segregar, discriminar y lastimar a estudiantes de grupos minoritarios. Ejemplo de ello son los/las estudiantes indígenas en diferentes partes del mundo, por ejemplo, a los/las de países latinoamericanos y naciones tales como Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Full Text: PDF DOI: 10.15640/imjcr.v10n1a1
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